No busco felicidad eterna.
Busco poder disfrutar de esos pequeños momentos.
No busco hacer amigos, porque ya tengo muchos hermanos.
No temo a la soledad, mientras ella me abrace y me proteja.
No temo tropezar pues sé que siempre me podré levantar.
No temo morir pues en ello está la inmortalidad.
Prefiero reír a dejarme abatir.