El amor, el amor. Por cursi que se vea nadie puede estar excento de la falta de amor, ya que es el sentimiento motor para que la vida vaya dando el sentir que necesita todo individuo.
A medida que nos vamos dando o entregando a ese sentimiento vamos descubriendo el verdadero amor, claro que también hay bajas y altas pero es parte de ese aprendizaje que se da entre los individuos.
Aprendizaje porque a medida que se va desarrollando nos damos cuenta que también estamos evolucionando o creciendo en cuanto al sentimiento expuesto, así es, esta expuesto; porque nos entregamos o damos con todo el corazón para que la otra persona lo acoja y alimente con su cariño, no podemos negar que necesitamos de ese amor para que podamos subsistir en este mundo cada vez más envolvente y solitario, lleno de mercadotecnia de hombres y mujeres, dejando de lado la esencia que cada ser humano posee.
Cada uno de nosotros tenemos algo que dar a los demás, el secreto esta en descubrirlo por nosotros mismos, saber dar y entregar a la persona idónea o elegida; es el algoritmo de la vida, el secreto a voces, es saber resolverlo, irse paso a paso sin prisas precisamente para no olvidar cada detalle.
El amor a final de cuentas esta ahí al alcance de todos para que cada quien decida cuando y como entregarlo, así es la filosofía de la vida. Lo llevamos a cuestas para que alguien te ayude a cargarlo y juntos hacerlo más preciso y confiable ese sentimiento.